José Daniel Ferrer sale al destierro impuesto por el régimen cubano

José Daniel Ferrer en el avión en el que parte al destierro desde su natal Santiago de Cuba rumbo a Miami, Estados Unidos.

Sumario

  • El líder opositor cubano José Daniel Ferrer salió de Cuba rumbo a EEUU este lunes tras aceptar el destierro forzado impuesto por el régimen como condición para su liberación.
  • Ferrer denunció haber sufrido golpizas, torturas y condiciones extremas durante su encarcelamiento, calificando su salida como un acto de supervivencia.

Después de más de dos años de cárcel, golpizas, torturas y aislamiento, el líder opositor José Daniel Ferrer García salió este lunes rumbo a Estados Unidos, tras aceptar el destierro forzado que le impuso el régimen cubano como condición para su liberación.

El opositor viaja ahora hacia Miami, confirmaron sus familiares a Martí Noticias. Un equipo consular de la Embajada de EEUU en Cuba acompañó a Ferrer y a su familia en medio de un numeroso despliegue de agentes de la policía política.

El encargado de negocios de EEUU en Cuba, Mike Hammer, habló con Ferrer poco antes de su destierro y le expresó el apoyo del gobierno de EEUU a su lucha por la libertad.

El exilio del coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) marca el fin de una de las etapas más duras en su vida, pero también el inicio de una nueva fase de lucha desde el exilio. Su salida se produce en medio de crecientes denuncias de torturas y tratos crueles en su contra y de una presión internacional que había ido en aumento en los últimos meses.

Una decisión bajo coacción

La decisión de Ferrer de aceptar el exilio llegó tras años de acoso y represión.

En una carta difundida por su familia, el opositor explicó que su salida de Cuba no respondía a un deseo personal, sino a un acto de supervivencia:

“El ensañamiento de la dictadura en mi contra ha sobrepasado todo límite. He sufrido golpizas, torturas, humillaciones, amenazas, condiciones extremas y hasta el robo de mis alimentos y productos de aseo”, escribió desde la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.

Ferrer sostiene un crucifijo de madera, en el avión en el que parte de Cuba al exilio.

El régimen, según relató, lo presionó para que mediara en un supuesto diálogo entre la Iglesia Católica y Washington, algo que rechazó tajantemente, lo que demoró su liberación. Incluso en las etapas finales de su salida, las autoridades cubanas impusieron “nuevos obstáculos y chantajes” a su familia.

El lunes pasado, su esposa, Nelva Ismaray Ortega, fue detenida por la Seguridad del Estado cuando intentó visitar a Ferrer en prisión. Agentes del Ministerio del Interior la amenazaron con encarcelarla si continuaba publicando denuncias en redes sociales.

EEUU denunció torturas “insoportables”

Antes de confirmarse su salida, el Departamento de Estado de Estados Unidos acusó al régimen cubano de torturar sistemáticamente a Ferrer.

“El régimen cubano tortura a José Daniel Ferrer, lo golpea y lo somete a condiciones insoportables por exigir derechos básicos”, afirmó un portavoz de la cancillería estadounidense en declaraciones a Martí Noticias.

“Ni las palizas ni el aislamiento han logrado silenciarlo. Estados Unidos está con él y seguirá actuando contra el régimen ilegítimo y opresor de Cuba hasta que todos los presos políticos sean liberados.”

Campaña de descrédito

Mientras se definía su partida, el medio oficialista Cubainformación, vinculado al aparato propagandístico del régimen, publicó un texto en el que volvió a desacreditar a Ferrer, repitiendo las acusaciones de que dirige “una organización subversiva financiada desde el exterior”.

Ferrer viaja junto a su familia.

La nota recicló imágenes de 2019 en las que el régimen intentó presentarlo como un “autolesionado”, un recurso propagandístico que busca negar las denuncias de tortura ampliamente documentadas por Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

La voz que Cuba no pudo silenciar

Preso durante la Primavera Negra de Cuba, en 2003, y luego en múltiples ocasiones por su activismo cívico, Ferrer se convirtió en uno de los rostros más reconocidos de la disidencia cubana.
Su fe católica y su compromiso con los derechos humanos le han ganado admiración dentro y fuera de la isla.

Ferrer se une a una larga lista de opositores expulsados de su patria. Su nombre se suma al de otros líderes cubanos que han pagado con cárcel y destierro su compromiso con la libertad.